Sin embargo, el conformismo y la simplicidad puede acernos tropezar con nuestros propia mochila de valores pedagógicos. El uso de las tecnologías es un medio más a partir del cual hacer llegar el conocimiento y el aprendizaje a todos los lugares posibles frente a situaciones extraordinarias. También puede servir como articulación de una formación de calidad, o incluso como vía formativa única. Sin embargo, la tecnología no puede cegar al pedagogo e impedir que vea con claridad el objetivo y la finalidad de toda actividad formativa.
Como remarca Enrique Sánchez, director del CEP de Málaga, primero pedagogía y después tecnología. Ello debe hacer mella en la adaptación y digitalización de los procesos educativos. ¿Por qué? Debemos tener claro, previo cambio, que la educación se centra en el desarrollo integral y holístico de las personas, no de usuarios sin nombres, caras ni expresiones. Por tanto, la pedagogía debe tomar a la tecnología como un recursos más y nunca podrá ser al contrario. Ello se debe a que en el caso de que la tecnología prevalezca la pedagogía perderá el rumbo y sus valores por el camino de la digitalización constante, acrítica y sin sentido.
En definitiva, antes pedagogía y luego, si resulta enriquecedor, usaremos la tecnología, siempre con un fin claro, el desarrollo integral de la persona en un contexto determinado.
Con el fin de aunar mi perspectiva sobre la unión de pedagogía y tecnología os dejo por aquí una conferencia en el Congreso TIC 2019, de Enrique Sánchez (director del CEP de Málaga y pedagogo), llamada "Primero pedagogía y después tecnología".
Pedagogo, pedagoga, docente, formador.. No pierdas el norte y el objetivo de la educación. La tecnología es solo un medio más. no el fin de esta.
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